El Informe en Gauge, Naperville (2003) destaca que para el siglo XXI la educación debe fortalecer cuatro tipos de competencias que son:
1. Alfabetización digital: Alfabetización básica, científica, económica y tecnológica.
- Alfabetización visual e informática.
- Alfabetización multicultural y conciencia global.
2. Pensamiento inventivo o creativo: Adaptabilidad, manejo de la complejidad y dirección personal.
- Curiosidad, creatividad y toma de riesgos.
- Pensamiento de orden superior y razonamiento sensato.
3. Comunicación efectiva: Trabajo en equipo, colaboración y habilidades interpersonales.
- Responsabilidad personal, social y cívica. Comunicación interactiva.
4. Alta productividad
- Priorización, planificación y administración para alcanzar resultados.
- Uso efectivo de herramientas del mundo real.
- Habilidad para crear productos relevantes de alta calidad.
El énfasis se pone en el conocimiento, la calidad, la creatividad, la comunicación y la oportunidad. El tipo ideal de persona educada es sumamente competente según los estándares que se incluyen. Todo lo cual hace de la educación un proceso de mucho dinamismo, creatividad, propuesta y conocimiento. Los viejos modelos son muy parciales y deficientes. Incapaces de dar alguna salida a los problemas que requiere el conocimiento actual. Esto tiene que hacer pensar a los gobiernos, para reformar sus sistemas educativos lo más pronto posible. La educación con estas propuestas se pone a la cabeza del desarrollo intelectual y social, por lo tanto requiere de intelectuales, maestros y profesionales que estén a la altura de sus demandas.
Modelos de las Competencias Mediaticas, Digitales e Informacionales
Cuando se habla de educación y nuevas tecnologías, sobre todo en la era digital en la que estamos, tiende a pensarse o bien en la tecnología como recurso didáctico, o en la necesidad de que la escuela capacite para el manejo de los nuevos medios y dispositivos; lo que, en cualquier caso, deriva en la necesidad de desarrollo de la competencia digital tanto en alumnado como en el profesorado. En 2006 el Parlamento y el Consejo Europeo identificaban la competencia digital como una de las competencias clave necesarias para la formación a lo largo de la vida que había de ser incorporada a la legislación educativa de los distintos países. En agosto de 2013 la Comisión Europea publicó el Marco para el Desarrollo y el Conocimiento de la Competencia Digital en Europa (DigComp) (Ferrari, 2013), marco recientemente actualizado, en junio de 2016 (Vuorikari, Punie, Carretero y Van den Brande, 2016).
Este marco europeo ha servido al Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado del MECD para el desarrollo del Marco Común de Competencia Digital Docente 2017, donde se recogen las competencias digitales INTEF que se consideran necesarias para el profesorado de enseñanzas no universitarias actual. (INTEF, 2017). Este organismo acaba de presentar, en septiembre de 2017, el “El Portfolio de la Competencia Digital Docente”, resultado de la colaboración en los últimos años con administraciones e instituciones educativas españolas, es un servicio digital para la acreditación de esta competencia, que ha sido pilotado en la primavera de 2017 por un millar de docentes de todos los niveles educativos.
Es de destacar la labor de la UNESCO que, partiendo de su concepto MIL (Media and Information Literacy) anteriormente citado, con el que recoge en gran medida el significado de la tradicional “media education”, elabora un currículum para la formación del profesorado. En él se describen las competencias que la UNESCO considera propias de la formación del profesorado en MIL (Wilson, Grizzle, Tuazon, Akyempong y Cheung, 2011) en torno a tres grandes áreas temáticas: -conocimiento y entendimiento de los medios e información para los discursos democráticos y la participación social; -evaluación de los textos mediáticos y fuentes de información, y -producción y uso de los medios y la información
La UNESCO presenta estas competencias mediáticas como complemento a la publicación previa de lo que ellosdenominaban “competencias en TIC” para la formación del profesorado (UNESCO, 2013), más equiparable a lo que la mayoría entendería por la competencia digital antes mencionada.
En línea con lo que venimos manteniendo en este artículo, las competencias TICde la UNESCO tuvieron en nuestro país una mayor repercusión que las competenciasen MIL o en alfabetización mediática e informacional. Para ilustrar este sesgo hacia lo instrumental presentamos el siguiente estudio de caso.
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