Orígenes y desarrollos de la comunicación educativa
Las relaciones entre comunicación y educación eran reclamadas ya a finales de la década de los cincuenta en nuestros países. Incluso era corriente entonces la expresión «comunicación educativa». Se entretejían vertiginosamente las bases del desarrollismo que entraría a pleno en nuestros países en la década de los sesenta. Uno de ellos, sin duda, la educación.
Para lo no formal se contaba con el impulso dado a la comunicación para el desarrollo, con todos los recursos puestos en juego por el extensionismo y en general por la transferencia de tecnologías. La educación formal requería también profundas transformaciones y para ello llegaba la primera revolución de los medios en la enseñanza. Puesto que ya asomaban críticas a la vieja escuela de transmisión de conocimientos basada en la palabra del maestro, los medios de entonces aparecían como la alternativa para romper antiguos moldes y abrir el camino a sistemas más eficaces de educación. Algo similar a la fiebre de compras de tecnologías digitales de la década de los años noventa.
Pedagogía antes que tecnologías. La consideración de la prensa como factor de educación y de desarrollo estaba muy vigente, en el marco de la escuela de comunicación norteamericana, tan unida a la creencia en el todo poder de los mensajes y de los medios. Una educación y una prensa unidas podían hacer maravillas para sacar adelante un proyecto de cambio de nuestras atrasadas sociedades.
En ese contexto nacieron dos instituciones de larga y muy valiosa trayectoria en América
Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina, CIESPAL.
Ya en 1959 el Instituto realizaba el Primer Seminario Latinoamericano de Ayudas
Audiovisuales para la Enseñanza Escolar y la Educación de Adultos. Pronto se fue consolidando en ese campo, con propuestas basadas en paquetes audiovisuales que incluían impresos y recursos como filminas y diapositivas.
En 1978 el ILCE se redefinió como un organismo regional y orientó su labor en dirección a
«Contribuir al mejoramiento de la educación a través del uso de medios y recursos audiovisuales así como de la tecnología y comunicación educativas». Comunicación Educativa, basada en un documento mío, en la que participaron becarios de la mayoría de los países latinoamericanos. Tratábamos de integrar en esa formación cuestiones pedagógicas e instrumentales, además de una fuerte orientación hacia lo que entonces considerábamos educación para la comunicación, a saber, lectura crítica de mensajes. En casi treinta años de funcionamiento, el organismo se ha convertido en un punto de referencia de la comunicación educativa, a través de sus producciones, sus investigaciones y sus cursos.
Y además, porque la mirada de la institución hacia la comunicación educativa se funda en propuestas pedagógicas basadas en la interlocución y en la promoción y el acompañamiento del aprendizaje. Se trata de más de 50 años de labor ininterrumpida en el campo de la comunicación educativa.
CIESPAL comenzó a funcionar en 1959, por una iniciativa de la Universidad Central del
En las década de los años sesenta y setenta se fue consolidando un centro de documentación que no ha cesado de crecer hasta el presente, y se mantuvo el trabajo con periodistas y carreras de comunicación. No quedó fuera del marco de tareas la relación con el periodismo y las carreras de comunicación, pero la reorientación permitió abrir la práctica de investigación, capacitación y producción también hacia la educación y la comunicación no formal. Me detengo para finalizar este recorrido por antecedentes de la comunicación educativa en el Instituto Latinoamericano Pedagogía de la Comunicación, ILPEC, fundado a comienzos de los ochenta por nuestro querido amigo Francisco Gutiérrez Pérez. En realidad, esta referencia nos permitirá abrirnos a una línea de relación entre la comunicación y la educación expresada en ese nombre, pedagogía de la comunicación, que propone una mirada directa de lo comunicacional en clave pedagógica.
En este caso, en lugar de dedicarme a recrear la trayectoria del Instituto, opto por traer aquí sus bases en palabras primero de Gustavo Cirigliano y luego del propio Francisco partiendo del nuevo «medio» que conforman, de la nueva realidad que son esos medios de comunicación social, revisemos nuestras ideas sobre educación, redefinamos lo que estamos haciendo, no para efectuar una incorporación de tipo aditivo sino para, con ellos, inventar, ensayar, construir un nuevo modo de pronunciar la realidad. Al comienzo de la década de los 80 cuando ya estábamos totalmente volcados a la educación popular hablábamos de la pedagogía de la comunicación como de la síntesis pedagógica que fundamentándose en una nueva visión del hombre y de la sociedad, concibe el aprendizaje como un proceso endógeno y permanente que hace del educando un ser creador, actualizador y realizador de su propio ser, convirtiéndose por la comunicación con los otros hombres en actor y recreador de la historia. Metodológicamente hacemos de los lenguajes otras tantas formas de expresión creadora que hacen que el educando de agente pasivo se convierta en ‘consumidor’ activo, libre, responsable y crítico de los medios de comunicación social.
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